Autoetnografía de una docente en su relación afectiva con un programa de inclusión social en un colegio de élite

Abstract

La inclusión en un contexto escolar refiere a pensar en la relación de un sujeto “diferente” que debe ser modificado, transformado y mejorado. Cuando se comenzó a implementar un programa de inclusión socioeconómica en el colegio de élite en el que me desempeño como educadora de párvulos, mis afecciones comenzaron a devenir y a establecer relaciones afectivas con elementos de mi pasado y mi presente. En esta investigación analizo la relación afectiva que entablo con este programa de inclusión social, utilizando como metodología la autoetnografía, analizando mi propia vivencia para ilustrar esta experiencia social y cultural. Estos programas conllevan altos costos emocionales para aquellos que son "incluidos". Se espera que aquellos que incluyen sean capaces de relacionarse con la diferencia y reconocerla. Sin embargo, ¿cuál es el propósito de esta inclusión cuando el problema es más estructural? A pesar de las buenas intenciones y voluntades, las relaciones de poder y las estructuras hegemónicas presentes en nuestras instituciones escolares hacen que sea prácticamente imposible para un estudiante, por más méritos y buenas calificaciones que tenga, alcanzar un nivel que le permita acceder, integrarse y movilizarse socialmente.