En este artículo los autores se apropian del concepto de adaptación en el marco de la ecología política, con el propósito de repensar críticamente el principio de biomímesis como una estrategia capaz de contribuir a la construcción de una sociedad sustentable, en una época plagada de efectos adversos generados por el sistema socioeconómico. Se utiliza el concepto de «sostenibilidad» como una práctica emancipatoria, no solo en lo que atañe a problemas medioambientales sino, principalmente, a asuntos políticos. Una ecología política de la adaptación debería permitir, entonces, comprender la adaptación en términos de los compromisos políticos involucrados y los intereses sociales en juego. Así, los autores proponen un criterio de adaptación que permita rediseñar la tecnosfera para armonizar los procesos biofísicos con el desarrollo social. Estos criterios no solo están orientados a proporcionar soluciones al problema del diseño, sino también deben contribuir a superar el desarrollo geográfico desigual y el cinismo que lo sustenta.