This article discusses our analysis of the experience of conversion to Pentecostalism in a context of medical pluralism in Chile. We rely on testimonies obtained from an ethnography with Aymara farmers in the town of Camilla (Tarapaca, Chile), from which we analyze religious conversion as a contextualized process in the dispute over the hegemony of local medical knowledge. We highlight the experience of the encounter with God which, from our theoretical perspective, is a central element in the process of production of ideological certainties. We conclude by questioning the definitions of conversion based on the idea of a mere rupture, to define it as a process of displacement of the hegemonic principle in the medical knowledge inherent in medical pluralism. Conversion would entail a process of interpellation which, while articulating non-Pentecostal identity elements, requires the production of an identity of rupture, generating an identity position in conflict with Andean common sense. We emphasize that this positioning does not cancel out the efficacy of Andean medical knowledge within the health-illness-care process, but does negativize it under the label of idolatry.Este artículo aborda nuestro análisis de la experiencia de conversión al pentecostalismo en un contexto de pluralismo médico en Chile. Nos apoyamos en testimonios obtenidos de una etnografía con campesinos aymaras de la localidad de Camila (Tarapaca, Chile), a partir de los cuales analizamos la conversión religiosa como un proceso contextualizado en la disputa por la hegemonía de los saberes médicos locales. Destacamos la experiencia del encuentro con Dios que, desde nuestra perspectiva teórica, es un elemento central en el proceso de producción de certezas ideológicas. Concluimos cuestionando las definiciones de conversión a partir de la idea de mera ruptura, para definirla como un proceso de desplazamiento del principio hegemónico en el saber médico inherente al pluralismo médico. La conversión implicaría un proceso de interpelación que, al tiempo que articula elementos identitarios no pentecostales, requiere la producción de una identidad de ruptura, generando una posición identitaria en conflicto con el sentido común andino. Resaltamos que este posicionamiento no anula la eficacia del saber médico andino dentro del proceso salud-enfermedad-atención, pero sí lo negativiza bajo el rótulo de idolatría.