Human immunodeficiency virus (HIV) is a global health problem, with sexual risk behaviors (SRB) being the main routes of spreading the virus. Evidence indicates that different psychological factors influence SRB (e.g. attitude towards condoms, sexual self-concept, sexual sensation seeking, knowledge of sexual risk behaviors, risk perception). This study proposes an explanatory model of sexual risk behaviors in young people and adults. The sample consisted of 992 young people and adults aged between 18 and 35 years. The model presented good levels of fit (X-2 = 3311.433, df = 1471, CFI = 0.964, TLI = 0.959, RMSEA = 0.036), explaining 56% of the variance of sexual activity with multiple partners, 77% of the inadequate use of protective barriers, and 58.8% of sexual activity under the influence of alcohol or drugs from a set of psychological factors in self-report measures. The details of the results offer novel contextual evidence for the prioritization of prevention-oriented psychosocial interventions.El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un problema de salud mundial, siendo las conductas sexuales de riesgo (SRB) las principales vías de propagación del virus. La evidencia indica que diferentes factores psicológicos influyen en la SRB (por ejemplo, la actitud hacia los condones, el autoconcepto sexual, la búsqueda de sensaciones sexuales, el conocimiento de los comportamientos sexuales de riesgo, la percepción del riesgo). Este estudio propone un modelo explicativo de las conductas sexuales de riesgo en jóvenes y adultos. La muestra estuvo conformada por 992 jóvenes y adultos con edades comprendidas entre 18 y 35 años. El modelo presentó buenos niveles de ajuste (X-2 = 3311,433, df = 1471, CFI = 0,964, TLI = 0,959, RMSEA = 0,036), explicando el 56% de la varianza de la actividad sexual con múltiples parejas, el 77% del uso inadecuado de barreras protectoras, y 58,8% de actividad sexual bajo la influencia de alcohol o drogas de un conjunto de factores psicológicos en medidas de autoinforme. Los detalles de los resultados ofrecen nueva evidencia contextual para la priorización de intervenciones psicosociales orientadas a la prevención.