A inicios del siglo XXl, El Salvador contin?a siendo un pa?s efervescente, por doquier se liberan enormes cantidades de energ?a. Por un lado, las placas tect?nicas, combinadas con fallas locales y cadenas volc?nicas, la bipolaridad clim?tica y la ubicaci?n del territorio dentro de la Cuenca del Caribe; y por otro, la alta densidad demogr?fica e importantes diferencias pol?ticas y sociales insuficientemente discutidas o no resueltas contribuyen a configurar un pa?s que nunca est? tranquilo. Contrario a lo se?alado. El informe del estado de la naci?n de Costa Rica de 1999, parece reflejar que en el vecino pa?s, "la procesi?n va para adentro"; en el nuestro, hay varias manifestaciones todav?a marchando por las principales avenidas. La buena noticia es que existe combustible de sobra para realizar las transformaciones que puedan ampliar de manera sustancial las oportunidades de toda nuestra gente. Sin embargo, como normalmente ocurre con todo lo que abunda, hemos realizado pocos esfuerzos por valorizar esa fuente de riqueza y, m?s bien, hemos tendido a desperdiciarla.Universidad Tecnol?gica de El Salvador