La r?pida evoluci?n del proceso de transici?n en nuestra sociedad, m?s acentuada a nivel de la superestructura pol?tica ideol?gica, por el paso del autoritarismo hacia la conformaci?n de la democracia, de la conculcaci?n de la libertad y de los derechos humanos hacia la vigencia de los mismos y de la confrontaci?n hacia la paz, parece haber sorprendido a las fuerzas pol?ticas, actores que estaban acostumbrados a orientar su praxis pol?tica hacia un patr?n cultural de confrontaci?n, expresado por medio de una ret?rica de diagn?stico denuncia, tendente a deslegitimar a los adversarios, m?s que a plantear un contenido propositivo de beneficio social. Esta r?pida evoluci?n del escenario pol?tico nacional, ha dejado perplejas, at?nitas y posiblemente confundidas a las fuerzas pol?ticas, que todav?a no alcanzan a comprender que los esquemas doctrinarios del pasado, al presente se han vuelto obsoletos e infuncionales. Todo lo anterior, unido a otros factores extremos a las estructuras de las fuerzas pol?ticas.Universidad Tecnol?gica de El Salvador