La Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM) es un centro de gran importancia para la biodiversidad por lo que posee una gran variedad de figuras de protección (López-Londoño et al. 2008), sin embargo, estas no pueden ser vistas como una delimitación tacita de un área, si no como áreas dinámicas como la vida silvestres, por lo que es necesario elaborar los lineamientos necesarios no solo para establecer un área protegida sino también su manejo y sobre todo tener en cuenta que se debe relacionar el desarrollo socioeconómico al que se deben las comunidades que están presenten en dichas áreas. La determinación de un paisaje viviente se basa en los requerimientos del objeto de conservación, en este caso la especie paisaje, que son la heterogeneidad del paisaje, el área y las zonas de manejo, vulnerabilidad y estatus de conservación, función ecológica e importancia social, económica y cultural