La creación de las escuelas de periodismo y de las carreras de ComunicacionesSociales ha estado acompañada del debate en torno a la supuesta oposición de periodismode oficio y periodismo académico. Sin embargo, desde que Gabriel García Márquezse lamentó del nuevo nombre que se les empezaba a dar a los periodistas -comunicadoresunnuevo eje de discusión parece haberse planteado. Ya no se trata de dirimir si elperiodismo es una profesión que se estudia o un oficio que se aprende en las redacciones,sino -en la instancia más polémica de este nuevo debate- de legitimar o deslegitimarun oficio, sea del periodista o del comunicador. ¿Qué valores políticos, qué concepcionessobre la información, qué ideas sobre la democracia se invocan en cada caso? Apartir de una selección de citas de actores del ámbito universitario y del periodismo engeneral, se ha hecho una reflexión comparativa para llegar a la conclusión de que laconstrucción de estereotipos de uno y otro lado implica el supuesto, con uno y otrotérmino, de concepciones muy disímiles sobre Estado, democracia e información. Objetivode este trabajo es plantear que sólo reflexionando sobre esos supuestos,comunicadores y periodistas podrán dialogar de manera enriquecedora.