The COVID-19 pandemic brought about profound changes in social and professional contexts. Schools and universities all over the world were closed to curb the contamination. In a short period, many educators were forced to reinvent their classes in a non-classroom mode, mediated by technology. This scenario of overwork can lead educators to stress, favoring distress, anxiety, and depression due to the uncertainties resulting from the pandemic and the search for new knowledge acquisition. This paper shows the research results conducted by university educators in Latin America who have been exercising teaching activities during social isolation imposed by COVID-19. The results show that with just one exception, educators from all countries reported suffering from some stress-related aspects concerning some manner to remote teaching. Higher workload perception came from women, unfolding gender inequalities amplified during pandemics. There is no clear relationship between the degree of technological expertise and stress factors, although, in general, educators use more time to prepare learning material and monitor students’ progress. Technological infrastructure was not a big concern for those educators in big cities, but some fundamental infrastructure problems were reported due to each country’s economic reality or geographic conditions.La pandemia de la COVID-19 provocó profundos cambios en los contextos sociales y profesionales. Se cerraron escuelas y universidades de todo el mundo para frenar el contagio. Muchos educadores se vieron obligados a reinventar sus clases en un modo no presencial, mediado por la tecnología en un corto período de tiempo. Este escenario de exceso de trabajo puede llevar a los educadores al estrés, favoreciendo el malestar, la ansiedad y la depresión por las incertidumbres derivadas de la pandemia y la búsqueda de nuevos conocimientos adquiridos. Este artículo muestra los resultados de una investigación realizada con educadores universitarios en América Latina que han venido ejerciendo la actividad docente durante el aislamiento social impuesto por la COVID-19. Los resultados muestran que, con una sola excepción, los educadores de todos los países informaron sufrir algunos aspectos relacionados con el estrés en relación con alguna forma de enseñanza a distancia. Las mujeres percibieron una mayor carga de trabajo, lo que generó desigualdades de género amplificadas durante las pandemias. No existe una relación clara entre el grado de experiencia tecnológica y los factores de estrés, aunque, en general, los educadores emplean más tiempo para preparar material de aprendizaje y monitorear el progreso de los estudiantes. La infraestructura tecnológica no era una gran preocupación para los educadores en las grandes ciudades, pero se informaron algunos problemas fundamentales de infraestructura debido a la realidad económica de cada país o las condiciones geográficas.