Los movimientos de población pueden encararse desde el punto de vista estrictamente demográfico -las migraciones, junto con la natalidad y la mortalidad, constituyen una de sus variables- pero también puede estudiárselos a la luz de los poderes que los impulsan o reprimen. En la tardía Edad Media, la división del poder o, como decía Max Weber," la división del poder de dominación, se estructura en torno a tres ejes fundamentales: la realeza con su aparato burocrático de oficiales y funcionarios, el señorío, abarcador de múltiples relaciones que se estrechan y consolidan y el concejo o ayuntamiento, expresión del poder ciudadano…