Resumen: En la sección sobre la teología de la ciudad se me ha pedido tratar el tema de Dios en la ciudad y la ciudad como lugar teológico. Son puntos distintos, aunque conectados, porque si Dios vive en la ciudad ésta es un lugar para conocer y hablar de Dios. Este ensayo se concentra en el primer núcleo de una teología teologal de la ciudad en un doble sentido: centrada en el misterio de Dios y a partir de la fe que espera y ama. Desde ese dinamismo teologal, la razón iluminada por la fe piensa confiando y confía pensando, superando las falsas alternativas entre la lógica de la fe cristiana y los distintos ejercicios de la racionalidad humana. La teología es la fe que piensa y el pensamiento de la fe. Piensa a Dios y a la realidad en su relación con el Dios revelado en Cristo y donado en el Espíritu, incluyendo la realidad urbana. Con el maestro Francisco de Vitoria, dominicano del siglo XVI que desde Salamanca pensó las cuestiones americanas, afirmo que “el oficio y la función del teólogo es tan vasto que ningún argumento, ninguna discusión, ninguna materia son ajenos a su profesión”.