No hace falta describir el acelerador que resultó la pandemia para visibilizar el trabajo de los SIED de las universidades y las áreas de educación a distancia de las mismas. El protagonismo que tuvieron y el crecimiento en recursos humanos y/o materiaes (hardware, software) fue importante y no pasaron desapercibidos. Estudiantes, docentes, nodocentes y autoridades de las universidades pudieron apreciar y valorar el trabajo de nuestras áreas y, fundamentalmente, las posibilidades que la tecnología brinda para dar continuidad al trabajo y al proceso de enseñanza y aprendizaje. También, permitió que se pusieran en la superficie cuestiones que en la presencialidad no se visualizaban, siendo una de ellas, la utilización de los entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje para apoyo a la presencialidad y la posbibilidad de generar estadísticas de uso de los mismos y participación de estudiantes y docentes. Se pudo apreciar también que con el uso de la tecnología, era factible que las universidades pensaran en otros usos de sus edificios, que pudieran avanzar en la transformación parcial o total de asignaturas y/o carreras a la modalidad a distancia y también surgió el tema de la hibridez. Por eso la pregunta del título de esta presentación. Deberían adaptarse los nombres y reglamentaciones contemplando que las áreas de educación a distancia y los SIED tienen cada vez más incumbencia en todas las opciones pedagógicas y deberíamos hablar de Sistemas Institucionales de Educación Superior/Universitaria (SIES/SIEU)