Según el Informe Mundial sobre la Discapacidad emitido por la Organización Mundial de la Salud (2011), existen más de mil millones de personas en todo el mundo que viven con algún tipo de discapacidad; de estas, doscientos millones experimentan dificultades considerables en el funcionamiento que afectan sus procesos sanitarios, académicos y económicos. Las cifras de este documento parten del reconocimiento de la discapacidad como una condición compleja, dinámica, multidimensional y objeto de discrepancia, pasando de un modelo individual nacido de los conceptos médicos, a un modelo social por medio de una nueva escala de clasificación internacional del funcionamiento, de la discapacidad y de la salud (Organización Mundial de la Salud, 2001). Dicho marco conceptual se convierte en un enfoque biopsicosocial orientador a la hora de analizar los facilitadores y las barreras que encuentran las personas con discapacidad (PcD) en su objetivo de lograr una verdadera inclusión en la sociedad (Organización Mundial de la Salud, 2011).