El mundo empresarial actual, es un mundo competitivo donde el servicio prestado y la atención al cliente son las premisas más importantes para ser reconocido y lograr una excelente participación en el mercado con una alta rentabilidad. Esto hace evidente la necesidad de ir más allá de los productos o servicios ofrecidos para pensar en el cliente y encontrar las maneras para satisfacer sus necesidades individuales de la mejor manera. Realizar revisiones constantes en las personas, el equipo y los procedimientos es el primer paso para mantener los procesos internos acordes con lo que el cliente necesita, de manera que lo esencial de la prestación de servicios se convierte en cómo se llega a satisfacer una necesidad y al cumplimiento de metas más que sólo cumplirlas. Sin embargo, el modelo que se utiliza actualmente en las empresas no se preocupa por su funcionamiento interno ni por los mecanismos para conseguir los productos y servicios de calidad.