Quizás se han preguntado dónde va a parar la basura y probablemente por lo que han visto se han dado una primera respuesta sobre los lugares donde la basura debería parar: los ríos, las quebradas, los parques, las avenidas y calles, la acera del vecino y otros más. La mala disposición de la basura causa enfermedades a las personas y a los animales; contamina el suelo, el aire y el agua; agrava los problemas ambientales ya existente asociados al calentamiento global, a la pérdida de los causes de agua, a la salubridad y a la contaminación en general. Hasta ahora, son varios los esfuerzos de investigación, tecnología e innovación que se vienen desarrollando para conseguir un manejo más racional de la basura, desde su generación hasta su disposición final. Se buscan alternativas que favorezcan la gestión de los residuos sólidos urbanos de la forma más amigable con el ambiente y es común que éstas concluyan en la acción del ser humano a través de lo que se conoce como buenas prácticas. Las buenas prácticas ambientales asociadas al manejo de la basura que han sido adoptadas en el mundo entero reflejan lo bueno que es seleccionar, separar y reciclar los residuos, pero para hacerlo correctamente es necesario aprender cómo funciona. Mucho de lo que se puede hacer depende en conocer los problemas ambientales, resolver y actuar para prevenir la contaminación, y tomar la decisión de cambiar positivamente de actitud hacia nuestra convivencia con la naturaleza. Es preciso revisar el hábito de consumo y de las prácticas ambientales, particularmente frene a los residuos que se generan. La frase que dice: “basura que no es basura”, ayuda a reflexionar y a motivar para adoptar mejores prácticas de consumo que contribuyan al manejo racional de los residuos que salen en la Institución y en los hogares. Reciclar es un proceso simple que puede ayudar a resolver muchos de los problemas creados por la forma de vida moderna...