Cúmpleme felicitaros en nombre de la Patria al veros en este recinto, en donde estáis manifestando cuán solícitos sois, siempre que ella os demanda vuestra ilustrada cooperación. Siendo tan escasos los días que la Ley señala para sesiones ordinarias, y ofreciéndose á menudo asuntos de mucha trascendencia que piden resolución á la mayor brevedad posible, no es de extrañar que, mientras en nuestra Legislación no haya la unidad y amplitud que la ciencia reclama, acuda extraordinariamente el Ejecutivo, no rara vez, á vuestro patriotismo para cuando ha menester de vuestras sabias deliberaciones para proceder con seguridad y acierto en la administración pública.