La revolución vendrá; pero no ahora ni independiente. Será una faz de la gran revolución que se anuncia en el horizonte, que, abarcando al mundo entero, trasformará todos los órdenes de ideas y requerirá un período de preparación evolutiva. Por esto, todavía no pedimos la revolución educacional, ni formulamos el programa máximo: sólo anhelamos la reforma de la educación y nos limitamos a consignar el programa mínimo. ¿Es aplicable de momento nuestro programa? Evidentemente que no; No somos tan incautos para suponerlo siquiera. Al contrario, las ideas fundamentales de nuestra reforma serán impugnadas. por muchos años más. La educación es obra de dinero, y son tantos los que se interesan por manejar la educación, o mejor dicho, sus dineros. Con todo puede que alguien encuentre razonables algunas de las ideas aquí expuestas.