Con el mismo santo fervor con que mis comprovincianos me ungieran, donándome el altísimo título de Señorita Carchi; con el mismo fervor os dedico estas páginas escritas por mi pueblo amado, con sobra de gentileza y galantería, para quien valora debidamente la nobleza de alma y altivez característica de los valientes hijos del Carchi. Sólo el deseo de hacer conocer afuera el grado de elevación moral y cultura social de mi Provincia, a la que me debo íntegramente, me obliga a consignar en este Libro el proceso del Torneo Cívico que acaban de realizar nuestros pueblos inteligentes como galantes.