El sector industrial del calzado ha vivido un boom en su producción en los últimos 6 años a causa de las regulaciones y medidas proteccionistas que ha habido en contra de la importación de productos provenientes de países principalmente asiáticos. Las medidas aunque han causado una mayor participación en el mercado ecuatoriano del producto nacional se ha visto reflejado en un incremento de precios en el consumidor final y una disminución de exportaciones con valor agregado de calzado debido a la preferencia del empresario de competir en un mercado regulado en el cual tiene preferencia, a un mercado competitivo. Las regulaciones a corto plazo han generado comodidad en los industriales y artesanos, lo cual sumado a la falta de inversión de ellos en tecnología para una mayor competitividad, no ha logrado el objetivo primordial de las salvaguardas, que fue proteger momentáneamente la industria para luego poder mejorar la oferta exportable del país. Estas regulaciones sumado a las facilidades del comercio exterior por medio de compras en línea y a las conexiones que hay con el mundo exterior por medio de fronteras, principalmente aéreas y terrestres, ha creado un mercado negro de productos protegidos como textiles, celulares o licores que mueve sólo en productos declarados más de 100 millones de dólares (por medio de mecanismo 4x4). Para un mayor dinamismo de la industria textil del calzado es necesario brindar valor agregado a los productos como lo hacen algunas firmas ecuatorianas que han encontrado su océano azul al ofrecer productos de elevado valor en un mercado nicho pequeño. También es necesario mejorar trámites y trabas que impiden la creación de nuevas empresas y que ubican al Ecuador entre los países más difíciles de hacer negocios debido a su inestabilidad en las reglas del juego como lo indican varios índices.