Este artículo examina el verdadero razonamiento de Keynes respecto al análisis ex ante y ex post, de acuerdo con su teoría de la demanda efectiva y su rechazo a la teoría ortodoxa que considera al empleo como una variable determinada en el interior de un sistema global de precios. Sugiere que el principio de demanda efectiva está ligado a la teoría de la distribución del ingreso donde los beneficios son una parte redistribuida del ingreso de los factores. El pago de salarios crea el ingreso monetario necesario para pagar por la producción; así, medidos en salario unitario, el ingreso (demanda) y la producción (oferta) son idénticos. Sin embargo, la igualdad de los precios de oferta y demanda es condicional, la rentabilidad de la producción (y por ende el empleo) está subordinada a la sanción de los mercados.