info:eu-repo/semantics/article
La organización barrial como centro de reencuentro social
La organización barrial como centro de reencuentro social
Autor
Navarro S., Fernando
Institución
Resumen
En el estricto sentido de la palabra, barrio, parroquia, aldea, caserío o recinto (término usado en la costa) no es sino un pequeño conglomerado humano que vive compartiendo los pequeños espacios que la marginalidad les ofrece, en conjunción de sus recursos, trabajo y facilidades sociales públicas y privadas. No existe un orden jerárquico preestablecido, ni una jefatura designada a dedo, más bien se establecen preferencias hacia los liderazgos que se destacan por su participación activa en los asuntos de la vida comunitaria y una prelación hacia ellos en las designaciones, ya sea para las elecciones democráticas, o las designaciones por encargo de tal o cual tarea. La autoridad religiosa copa todavía, en gran medida, las actividades de la comunidad relativas a la práctica de los ritos dogmáticos y de sus áreas coledañas, tales como la catequesis y las fiestas del santoral etc. La autoridad civil, de nominación democrática como la Junta Parroquial o la de nominación política como el Teniente Político, conviven en una forzada armonía, producto de la estructura jurídica obsoleta y que se origina en su concepción en la vieja práctica del reparto de privilegios, que le vuelve anacrónica a sus existencias. En el estricto sentido de la palabra, barrio, parroquia, aldea, caserío o recinto (término usado en la costa) no es sino un pequeño conglomerado humano que vive compartiendo los pequeños espacios que la marginalidad les ofrece, en conjunción de sus recursos, trabajo y facilidades sociales públicas y privadas. No existe un orden jerárquico preestablecido, ni una jefatura designada a dedo, más bien se establecen preferencias hacia los liderazgos que se destacan por su participación activa en los asuntos de la vida comunitaria y una prelación hacia ellos en las designaciones, ya sea para las elecciones democráticas, o las designaciones por encargo de tal o cual tarea. La autoridad religiosa copa todavía, en gran medida, las actividades de la comunidad relativas a la práctica de los ritos dogmáticos y de sus áreas coledañas, tales como la catequesis y las fiestas del santoral etc. La autoridad civil, de nominación democrática como la Junta Parroquial o la de nominación política como el Teniente Político, conviven en una forzada armonía, producto de la estructura jurídica obsoleta y que se origina en su concepción en la vieja práctica del reparto de privilegios, que le vuelve anacrónica a sus existencias.