The illegal drug trade in North America continues to prosper despite a 45-year war on drugs. Border enforcement is a key U.S. policy tool for preventing the flow of illegal drugs, and the U.S.-Mexico border has become the frontline in the war. Several scholars have questioned the ability of states, with their inflexible bureaucracies, tight budgets, and electorates, to effectively stop drug trafficking networks, which have considerable advantages, including flexibility, transnational connections, and market forces on their side. This article uses statistical data to determine if border enforcement along the southern U.S. border influences the illegal drug supplyEl tráfico ilegal de drogas en Norteamérica sigue prosperando a pesar de una guerra contra las drogas de cuarenta y cinco años. La seguridad fronteriza es una estrategia clave de Estados Unidos para la prevención del tráfico de drogas ilegales. Algunos académicos han cuestionado la capacidad de los Estados, limitados por sus burocracias inflexibles, presupuestos restringidos y electorados, para detener efectivamente las redes del narcotráfico, las cuales cuentan con ventajas significativas, entre ellas una gran flexibilidad, conexiones transnacionales, así como con el apoyo de las fuerzas del mercado. Este artículo utiliza información estadística para determinar si la seguridad fronteriza a lo largo de la frontera sur de los Estados Unidos afecta la oferta de drogas ilegales.