Cuando pensamos en el ciclo del agua, rara vez consideramos todas las rutas posibles que el agua pueda seguir antes de regresar a la atmósfera. Una de esas rutas es a través de las plantas mediante un proceso llamado transpiración, el cual no solo depende de las características fisiológicas de las plantas, sino de todo el ambiente a su alrededor. Mediante la medición del flujo de savia, utilizando sondas de disipación térmica, se puede calcular un valor de transpiración para árboles leñosos. Así se puede conocer la contribución que tienen estas especies e individuos de manera individual o de ecosistema en el ciclo del agua. Se presenta el caso de un árbol que crece en Yucatán, llamado comúnmente flor de mayo (Plumeria obtusa). Este árbol de manera individual y como resultado de las mediciones en dos temporadas, puede llegar a transpirar hasta 19 litros de agua por día.