No solo en los últimos años la mariguana ha tenido un gran auge, sino que además sigue siendo tema de conversación en la sociedad en general, tanto por su uso medicinal como recreativo. Incluso, también es de gran interés para la comunidad científica a nivel internacional, por el potencial farmacéutico de los cannabinoides (CBD y THC) y el uso potencial de éstas sustancias químicas para el tratamiento de enfermedades importantes tales como el cáncer, la epilepsia, y el mal de Parkinson. En este caso el uso estaría orientado no a la curación de las enfermedades, sino al ayudar al paciente a sobrellevar los síntomas de los efectos secundarios de los tratamientos médicos convencionales. Por todas las connotaciones sociales y legales, la mariguana se ha constituido en una especie de “remedio prohibido”.