La extracción de ejemplares de diferentes edades de su hábitat natural para su comercialización ilegal, ha causado estragos en las poblaciones naturales de muchas especies de plantas. Las epífitas por ser de relativa fácil extracción y por ser muy atractivas desde el punto de vista ornamental, son frecuentemente colectadas y comercializadas. Pero, ¿es posible realizar un uso racional de las mismas sin afectar el mantenimiento de sus poblaciones? Presentamos un caso de éxito donde se combinan esfuerzos de estudios de ciencia básica y su aplicación a un problema y necesidad particular de comunidades indígenas en Oaxaca, México.