A partir de 1983, los servicios de salud destinados a la población abierta a cargo de la Secretaría de Salud (SSA) iniciaron un proceso de descentralización de la federación a los estados y de estos a los municipios, que aún permanece inconcluso. Entre los problemas más graves de este proceso se encuentran la falta de autonomía financiera de las entidades federativas y la insuficiente capacitación administrativa del personal directivo encargado de asumir las nuevas funciones. El presente documento informa y analiza los resultados obtenidos en la primera etapa del mismo, cubriendo 13 de las 14 entidades federativas cuyos servicios de salud, de primer y segundo nivel, han sido descentralizados.