Los gobiernos estatales destinan recursos públicos en equipos profesionales en distintos deportes para beneficio, supuestamente, de los ciudadanos. En este trabajo que aborda la forma dispendiosa en la que tres gobernadores del estado de Veracruz entregaron dinero de las arcas públicas a los dueños de los equipos de futbol, beisbol y basquetbol, se hace un recuento de las cantidades millonarias que erogaron sin una política pública de por medio, sin mayor lógica que la discreción y casi rayando en la ocurrencia. Lo más grave es que no hay rendición de cuentas de parte de quienes recibieron ese dinero. ¿Cómo lo gastaron? ¿En qué? ¿Cómo se comprobó? ¿Cuál fue el beneficio para la población de un estado endeudado y que se cuenta entre los más pobres del país? Los dueños de esos equipos son empresarios solventes y cercanos a las esferas del poder, amigos de políticos que no encontraron trabas para financiar sus proyectos con recursos del erario estatal.