Toda la segunda mitad de este siglo, ha sido marcado por el traslado de la población de comunidades rurales a los espacios urbanos. El caso de la Frontera Norte de nuestro país, es un claro ejemplo de este fenómeno. El crecimiento de sus asentamientos, que en varios casos los lleva a convertirse en ciudades intermedias, se da con base en la población que aporta el flujo migratorio. Sin embargo, este crecimiento no siempre ha sido previsto y regulado. Los sitios donde se asienta la población en muchos casos son pocos propicios. Tijuana es un ejemplo evidente de éste tipo de problemas. Esta ciudad crece merced al aporte demográfico del fenómeno migratorio. De estos problemas, se destacan los relacionados con las lluvias y los riesgos a los que está expuesta la población, que ubica su vivienda en espacios no apropiados. El presente estudio se enfoca a dilucidar la manera en que el crecimiento urbano anárquico en Tijuana ha modelado el mapa de riesgo a desastres en temporada de lluvias intensas.