La Cañada de los Once Pueblos de Chilchota es una porción minúscula en el mapa de Michoacán y es un retazo de la zona purhé denominada la sierra o meseta tarasca. El hilo conductor de este estudio es la tenencia de la tierra de la cañada, a través de la cual se analiza la presencia de la costumbre y de la ley como fuerzas que influyen en la vida de las comunidades. La tierra ha sido elemento de unidad, de conflicto, de pertenencia y de acción en los pueblos de la cañada. En la problemática relativa a la tierra que arranca de la época colonial, se ha tomado en consideración la fuerza de la costumbre que ha motivado una dualidad en la aplicación de las normas: las que provienen de la costumbre y las que nacen de la ley. Esta dualidad ha afectado a su forma de vida, que en el desarrollo de este estudio se designa bajo el rubro de “cultura”. La presencia de la costumbre es palpable, pero va perdiendo fuerza en nuestros días. En un intento de buscar el debilitamiento de la costumbre se descubre una realidad que es la afectación de las “creencias”. Estas han dado base para la defensa, así como para el abandono paulatino de la costumbre como norma de conducta.