Las primeras relaciones que son capaces de empezar a correr el velo del secreto de esa provincia que cae al norte de la de Michoacán, y que más tarde se conocería como la Gran Chichimeca, confirman la asombrasa habilidad de estas gentes para vivir a su aire y no como “estotros indios” vivían, y una de estas aptitudes es la de no requerir de pueblos ni ciudades, sino extender y vagar por las tierras que reconocían como suyas y pertenecientes a su natural habitación.