En esta investigación se analizan los procesos de trasformaciones y continuidades en la tenencia de la tierra en la zona de Uruapan, Michoacán, México. El estudio toma como punto de partida las constantes reconfiguraciones agrarias que pueblos de indios y españoles protagonizaron en el último siglo del periodo colonial. Durante la época independiente y hasta mediada del siglo XIX, gobiernos e intelectuales de Michoacán implementaron que estas configuraciones agrarias, sobre todo, las tierras de los pueblos (o comunidades) transformaran de régimen comunal a la plena propiedad privada. Los pueblos y comunidades de la zona de Uruapan aceptaron y repartieron sus tierras hasta la década de los sesenta y setenta del siglo XIX. A partir de entonces, las propiedades que pertenecían a San Francisco Uruapan, Santa Catarina Jucutacato y San Francisco Jicalán, quedaron fraccionadas y adjudicadas en plena propiedad privada, entre los miembros de dichos pueblos. Este proceso agrario liberal trajo a la postre constantes traspasos de derechos de fracciones de tierra (o hijuelas), ocasionando nuevas reconfiguraciones agrarias, y trascendió hasta la formación de ejidos uruapenses de la década de los treinta del siglo XX. La reforma agraria (es decir el reparto agrario) que tuvo lugar en Uruapan, no terminó con la formación de ejidos, ya que poco después, en la década de los cuarenta hasta los ochenta, ejidatarios emergentes, así como comuneros e inclusive propietarios privados, mantuvieron sus demandas de tierra.