En rumiantes, la progesterona exógena puede hacer sinergia con los estrógenos para que se lleve a cabo el desarrollo lóbulo-alveolar de la glándula mamaria durante la gestación. Lo anterior fue apoyado por la observación de que la mamogénesis durante la gestación en ganado bovino coincidía con un incremento en la secreción de ambas hormonas. La lactancia es mantenida gracias a dos componentes que están muy interrelacionados, las hormonas galactopoiéticas y la expulsión de la leche acumulada. En rumiantes lecheros, la inhibición de la secreción de ciertas hormonas galactopoiéticas podría suprimir la producción de leche a diferentes intensidades dependiendo de la especie, del estado de la lactancia y dependiendo de qué hormona es suprimida. La administración de somatotropina bovina u hormona de crecimiento bovina (bST) al ganado lechero lactante da como resultado aumentos relativamente fiables en el rendimiento de la leche. La producción de leche en los rumiantes puede ser influenciada por diferentes factores. Como son: genéticos, nutricionales, de manejo y por factores físicos relacionados a la acumulación de la leche producida. De entre los factores ambientales se ha demostrado claramente que los días largos artificiales ejercen una acción galactopoiética en vacas, ovejas y cabras. Durante la lactancia, la respuesta al fotoperiodo de días largos en comparación a los días cortos inicia después de 3 a 4 semanas de exposición y las vacas responden durante cualquier estado de lactación con 3 kg más de leche producida en comparado con los animales mantenidos en días cortos Esta exposición a días largos artificiales constituye una herramienta importante, libre de hormonas para ser usada en las explotaciones lecheras con el fin de incrementar la producción de leche de los rumiantes.