Los alimentos pueden contaminarse con mohos productores de toxinas que afectan a los seres vivos, siendo los géneros más comunes: Aspergillus, Penicillium y Fusarium, dentro de éstos las Aflatoxinas producidas por Aspergillus flavus son las más preocupantes por su alta toxicidad y efecto carcinogénico. En este caso se tomaron muestras de 10 refrigeradores y se identificaron 11 géneros de hongos filamentosos y aunque la mayoría no se consideran patógenos, algunos pueden producir intoxicaciones, gastroenteritis, alergias y problemas respiratorios. La refrigeración retarda el desarrollo de los mohos y la congelación los detiene, pero no los elimina y sus toxinas no se pueden destruir. Por lo que se recomienda limpieza periódica y guardar la comida en recipientes tapados.