Como en determinadas ocasiones, debido al medio en que se actúa, es necesario utilizar aguas de riego con un exceso de sales solubles sobre los límites establecidos en las aguas aptas para regadío, nos propusimos determinar, dentro de qué margen estas aguas resultan directamente nocivas por exceso de las mismas y resolvimos comenzar estudiando el efecto que las aguas cargadas artificialmente con cantidades crecientes de cloruro de sodio ejercían sobre los cereales. Expreso desde ya mi agradecimiento a mi estimado ex-Profesor y amigo, Doctor Enrique Herrero Ducloux, por sus atinadas indicaciones sobre interpretación y consecuencias de la experiencia, y a mi apreciado colega Ingeniero Alejandro Botto le agradezco las atenciones que conmigo ha tenido.Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales