| dc.description.abstract | Hoy que vivimos en un mundo tan complejo y cambiante, es necesario ser flexibles y abiertos, esto implica modificar paradigmas, actitudes y hábitos arraigados en las conductas personales e institucionales que nos impiden avanzar.
El presente texto es producto de experiencias pedagógicas y de los esfuerzos por superar debilidades, frustraciones, errores y carencias que en la tarea educativa fui encontrando, manifestados en bajos niveles de autoestima, crisis de valores y una fuerte resistencia al cambio.
Gran parte de nuestra crisis educativa es actitudinal. Por esta razón, el presente texto busca sensibilizar y motivar el cambio de actitud, mediante el desarrollo de habilidades emocionales como son: autoconocimiento, autocontrol, automotivación, habilidades sociales y una práctica constante de valores.
Este texto está organizado en cuatro partes: en la primera parte se aborda aspectos importantes sobre la inteligencia emocional y la práctica de valores en la labor educativa; en la segunda parte propongo algunas estrategias sencillas y útiles ¿Cómo desarrollar habilidades emocionales y practicar valores?; la tercera parte presenta una compilación selecta de lecturas y pensamientos que han sido clasificados de acuerdo a los componentes de la inteligencia emocional, proponiendo actividades de motivación, reflexión, compromiso y metacognición, con preguntas que sensibilizan el cambio de actitud, se concluye con afirmaciones que permiten centrarnos en lo que deseamos y en el potencial que cada uno de nosotros tenemos. En la cuarta parte se presenta vidas motivadoras de personajes que a pesar de las circunstancias adversas salieron adelante y constituyen testimonio de vidas que motivan y luchan por ser agentes que aportan al progreso de la sociedad.
Este texto puede utilizarse en el trabajo tutorial y Escuela de Padres. Así mismo, en el Plan Lector, por su amenidad y sencillez de lenguaje contribuye a desarrollar el hábito por la lectura.
Al leer este libro no se trata de adquirir información, sino de intentar cambiar pensamientos, actitudes, formar nuevos hábitos; esto requiere tiempo, constancia, voluntad, auto reflexión y a diaria aplicación de estas habilidades y valores.
Nuestros pensamientos se reflejan en sentimientos y actitudes que en muchas ocasiones son aliados o enemigos de nosotros mismos.
¡Hagamos que nuestra actitud sea nuestro gran capital!
Rosa Mantilla Villar. | |
