dc.creatorEscarcena, Rosa
dc.creatorCaja Nacional de Seguro Social
dc.date.accessioned2021-01-26T12:28:52Z
dc.date.accessioned2023-05-30T21:20:24Z
dc.date.available2021-01-26T12:28:52Z
dc.date.available2023-05-30T21:20:24Z
dc.date.created2021-01-26T12:28:52Z
dc.date.issued1940-03
dc.identifierRevista de Informaciones Sociales. 1940; 4 (3).
dc.identifierhttps://hdl.handle.net/20.500.12959/1172
dc.identifier.urihttps://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/6451845
dc.description.abstractInforma aspectos de la asistencia y protección social en el Imperio Incaico. Señala que, al decir de los cronistas, en este pueblo no se conocieron los pobres ni los mendigos. Los Incas, con alto sentido político, pensaban que la prosperidad de sus súbditos redundaba en beneficio del Estado, por ello previnieron las necesidades que podían presentarse y mantuvieron a su pueblo alejado de ellas por medio de una eficaz organización, haciendo cooperar a todos sus súbditos para la consecución del bien común. Esto permite asegurar que la asistencia fue predominantemente preventiva y constructiva y su estudio está íntimamente ligado al de la organización misma del imperio. Para poder darse una idea de ella, este estudio se enfoca en los tres puntos de vista que se considera que debe abarcar toda asistencia para ser completa: el económico, el higiénico y el moral. Desde el punto de vista económico se presentan tres necesidades primordiales: vivienda, alimentación y vestido. Indica la manera como se organizó en el imperio la cobertura de esas necesidades. En materia de Higiene del Trabajo hay dos puntos importantes que se menciona en este artículo: Una gran parte de los actuales trabajadores de minas enferman de neumoconiosis y otras afecciones pulmonares. Esto no se conoció en el Imperio lncaico porque, sabiendo lo fuerte de ese trabajo, se ocuparon en ellos solamente a los sanos y que tuvieran mujer que los cuidase bien. Además, se turnaban para el servicio en las minas y mientras duraba su turno tenían días de descanso y distracción. El segundo punto es el descanso por razón de la edad. Así como los Incas exigían que todos trabajaran, también supieron respetar la ancianidad. Los hombres que llegaban a los 50 años ya no pagaban tributo y se dedicaban a cultivos sencillos; y a los 60 años dejaban el trabajo material para brindar su experiencia a los curacas, siendo sus necesidades atendidas por la comunidad. También menciona que las viudas y los huérfanos, las esposas e hijos de los guerreros, los enfermos y los inválidos que no podían labrar las tierras los Incas consagraron el derecho a la asistencia y sus tierras eran cultivadas por los aptos para el trabajo. Finalmente indica que los Incas respetaron la dignidad humana al respetar las costumbres, la religión y la lengua de sus conquistados; formaron el espíritu de su pueblo en el trabajo, en la verdad y en la honradez; y fomentaron la solidaridad social al establecer que estos pueblos, que antes de la conquista incaica vivieron aislados, hablasen el quechua para que por medio de la lengua común se uniesen. Concluye que las asistentes sociales encuentran en este Imperio un antecedente histórico de que la asistencia mejor no es la que se presta gratuitamente. Los Incas velaron por e l bienestar de s u pueblo, atendieron a sus necesidades, pero también exigieron un tributo como reconocimiento del bienestar que ellos les proporcionaban.
dc.languagespa
dc.publisherSeguro Social de Salud (EsSalud)
dc.publisherPE
dc.rightshttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess
dc.subjectAsistencia social
dc.subjectImperio incaico
dc.titleLa asistencia social en el imperio incaico
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article


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