info:ar-repo/semantics/informe técnico
Fauna y Flora: Plan de Manejo y Conservación de la Reserva Provincial Lago del Desierto Provincia de Santa Cruz Año 2017
Fecha
2018Autor
Peri, Pablo Luis
Clarke, Rodrigo R.
Vettese, Evangelina S.
Resumen
La creación y manejo de reservas o áreas protegidas es una de las estrategias más importantes para asegurar que los recursos naturales sean conservados y den respuesta a las necesidades materiales y culturales de las presentes y futuras generaciones
(Tagliorette, 2005). Según el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), al que adhiere Argentina, establece que un área protegida es aquella que haya sido designada y administrada a fin de alcanzar objetivos específicos de conservación. En forma similar, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la define como aquella superficie de tierra y/o mar, especialmente consagrada a la protección y el mantenimiento de la diversidad biológica, así como de los recursos naturales y los recursos culturales
asociados y manejada a través de medios jurídicos u otros medios eficaces. En este sentido, las áreas protegidas, entre las cuales se enmarca la Reserva Provincial Lago del Desierto, contribuyen al bienestar de la sociedad con: (i) el mantenimiento de procesos
ecológicos esenciales que dependen de ecosistemas naturales, (ii) la preservación de la diversidad de especies y de la variación genética dentro de ellas, (iii) el mantenimiento de las capacidades productivas de los ecosistemas, (iv) la preservación de las características históricas y culturales de importancia para los estilos de vida tradicionales y bienestar de la gente local, (v) el mantenimiento de los hábitats críticos para el sostenimiento de especies, (vi) la provisión de oportunidades para el desarrollo de comunidades, investigación científica, educación, capacitación, recreación, turismo, y mitigación de amenazas de fuerzas naturales, (vii) la provisión de bienes y servicios ambientales, y (viii) el mantenimiento de fuentes de orgullo nacional e inspiración humana (Cifuentes et al., 2000). Específicamente, los principales servicios ambientales de los bosques nativos contemplan la regulación hídrica, conservación de biodiversidad, suelo y calidad de agua, fijación de gases de efecto invernadero, contribución en la diversificación y belleza del paisaje, defensa de la identidad cultural (Articulo 5º, Ley Nº 26.331), ciclado de nutrientes y especialmente reserva de variabilidad genética. En el caso particular de los ñirantales, por ocupar una zona ecotonal cercana a la estepa, presentan una gran diversidad de comunidades de insectos que constituyen uno de los primeros escalones de la trama trófica del bosque, diferentes especies de aves que anidan, se alimentan o residen en las márgenes o en el interior de los bosques, y especies del sotobosque dominado por plantas herbáceas (Gallo et al., 2005). La superficie de áreas terrestres protegidas actualmente ocupa una superficie que apenas supera el 6,05 % del territorio nacional (16,8 millones de hectáreas). En la Patagonia, las áreas protegidas ocupan alrededor del 1 % de su territorio (Tierra del Fuego: 7,5 %, Santa Cruz: 4,1 %, Chubut: 3,3 %, Río Negro9,7 %) (Administración de Parques Nacionales, Banco de Datos de Áreas Protegidas de la Argentina, 2002, en Tagliorette y Mansur, 2008).