Rol del docente parvulario en el proceso educativo de los niños de 5 a 6 años con epilepsia.

Abstract

La biopatología de la edad escolar es poco frecuente en el medio, en especial la epilepsia ha ido unida a una tradición o historia del trastorno, acompañada siempre de unas connotaciones negativas. Sin duda alguna, se refiere a una enfermedad tan antigua como el propio ser humano, que siempre ha estado marcada, por concepciones estigmatizantes y teorías erróneas, absurdas y vacías de contenido, muy negativas para el adecuado conocimiento y tratamiento de la epilepsia, y que han llevado a su ocultación y a la segregación social de los enfermos que la padecían. Todo ello ha originado un panorama poco favorecedor del conocimiento apropiado sobre el trastorno. Para alcanzar la integración social y contribuir al desarrollo armónico de la personalidad del niño o niña, un factor decisivo es la escolarización regular en las condiciones de mayor normalización posible. La posibilidad de lograrlo depende de la importancia de las alteraciones en el electroencefalograma, de la efectividad de los fármacos y del grado de control de las crisis. Otros factores como enfermedades neurológicas asociadas o desajustes de la personalidad pueden condicionar la escolaridad. La utilidad de la investigación para la comunidad educativa está al alcance de todos los educadores y representantes legales que deseen mayor información sobre la epilepsia en el niño, la aplicación de la propuesta da mayor utilidad a la investigación al dar una solución al problema. En términos prácticos y para efectos clínicos se puede considerar la epilepsia como una “disfunción neurológica episódica espontáneamente recurrente, producto de descargas neuronales híper sincrónicas patológicas”. Los síntomas y signos pueden ser muy variados e incluyen alteraciones de conciencia, fenómenos motores, sensitivos, visuales, auditivos, autonómicos emocionales, y tantos síntomas y signos como funciones tiene la corteza cerebral.