Trabajo de grado - Pregrado
Diagnóstico sobre la vigencia de los derechos humanos en la institución carcelaria del municipio de Tuluá
Fecha
2011-07-22Registro en:
Instname:Unidad Central del Valle del Cauca
Repositorio Institucional Unidad Central del Valle del Cauca
Autor
Cubides González, Ángela María
Sanclemente Salcedo, Nasanyel
Institución
Resumen
Los sistemas carcelarios que se han empleado a través de la historia de la
humanidad han tenido una lenta pero constante evolución y aunque no se ha
llegado a establecer el sistema ideal, sí se pueden buscar los mejores resultados
con la aplicación combinada de alguno de ellos, procurando con una política
extractar lo mejor de cada uno de ellos, en lo que mejor convenga a la
idiosincrasia colombiana.
La pena evolucionó desde la venganza privada hasta llegar a una etapa llamada
científica. En los primeros tiempos de la organización social, la pena más usual
era la pena de muerte en forma inmediata y sin trámites, por lo cual no se requería
de un lugar especial para mantener a los delincuentes; pero con la evolución de la
pena se hizo necesario el uso de lugares especiales, para el cumplimiento de
dichas penas, lugares que en un principio eran prácticamente inhabitables;
posteriormente se consideró que los prisioneros empleados como esclavos eran
de una mayor utilidad y demandaban costos reducidos para el sostenimiento, pues
era poco el alimento que se les suministraba y cuando daban muestras de
debilidad se les suprimía causándoles la muerte; eran encadenados y obligados a
trabajar en labores agrícolas, de construcción o al remo de las galeras; eran
hacinados en lugares nauseabundos, dormían a la intemperie y sus necesidades
fisiológicas la So realizaban en el mismo lugar en que habitaban Y con esta forma
de vida terminaban suicidándose o enloqueciendo.
Lentamente fue disminuyendo el rigor de las cárceles, quedando sin embargo,
como sinónimo de terror el recuerdo de algunas prisiones entre las cuales
podemos citar las siguientes: la Mamertina, que construyó Numa en Roma; la
Torre de Londres; la Salpetriere; la Spielberg en Austria; los subterráneos del
Castillo de San Angelo y los hornos de Monza.
Aunque se ha hablado en algunos casos de las terribles cárceles utilizadas por la
Santa Inquisición, debemos recordar que el mejoramiento de las condiciones en
esos establecimientos se debió en parte a la acción de la Iglesia Católica, pues en
1704, el Papa Clemente XI fundó el Hospicio de San Miguel en Roma, destinado a
delincuentes jóvenes, en donde por primera vez se puso en práctica la idea de la
readaptación del condenado, allí se empleaban celdas individuales para que los
presos durmieran en las noches y durante el día se les sacaba para que trabajaran
en común y aprendieran algún arte u oficio.