The article examines, first of all, the issue of socio-economic development and the main components of present development strategies —trade, foreign aid, debts, and technology transfer— focusing the attention upon their relationship to women within a global context. In this section, the author recomends several changes which she considers necessary to improve conditions of life for women, especially those in the developing nations. The article also examines some of the key international instruments and forums devoted to restructuring a new world economic order —the First and Second U.N. Development Decades, the Declaration on the Establishment of a New International Economic Order and the Charter of Economic Rights and Duties of States, as well as six major international conferences sponsored largcly by the United Nations. Finally, the author comes to the conclusion that althou integraron of women into public life will not solve all the world’s problems, it will certainly broaden the area of legitímate public concern by moving “women’s issues” from the margins of societal attention. In sodoing, it will also be one step toward the cooperaron of all people —men and women— in thebuildingofamore justworld.   El artículo examina, ante todo, el tema del desarrollo socio-económico así como los principales componentes de las actuales estrategias desarrollistas —comercio, ayuda exterior, deuda y transferencia tecnológica— prestando especial atención a su relación con las mujeres dentro de un contexto global. En esta sección, la autora recomienda varios cambios que considera necesarios para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, en particular de las que viven en los países del tercer mundo. El artículo examina también algunos de los más importantes documentos y forums internacionales dedicados a la reestructuración de un nuevo orden eco­ nómico mundial —la Primera y Segunda Décadas del Desarrollo de la ONU, la Declaración sobre el Establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional y la Carta de los Derechos y Deberes de los Estados, así como seis conferencias internacionales de importancia patrocinadas en su mayor parte por las Naciones Unidas. Finalmente, se concluye que a pesar de que la integración de la mujer a la vida pública no resolverá todos los problemas del mundo; sin embargo, ampliará el área legítima de preocupación pública, sacando los “asuntos de mujeres” de los márgenes de la atención social. Con lo que se habrá dado un nuevo paso hacia la cooperación de todos, así hombres como mujeres, en la tarea de construir un mundo más justo.