Muchos son los fenómenos propios de la vida cotidiana, con frecuencia no son percibidos ni considerados como potenciales asuntos de interés indagatorio; situación que pudiese estar directamente relacionada  con el predominio del enfoque cuantitativista que ha integrado la cultura investigativa en muchas comunidades científicas estudiosas de lo social. Es así como en esta época posmoderna, los supuestos básicos del constructivismo, del construccionismo y del paradigma de la complejidad, plantean profundamente la necesidad que están mostrando las ciencias sociales de no ver al conocimiento desde una postura estricta, abstracta, lógica, secuencial y metódica, sino desde una perspectiva holista,  dialógica y crítica de la realidad que rodea al sujeto, como actor social, constructor de conocimientos, capaz de emprender procesos reflexivos que permitan cambiarla y mejorarla día a día. En esta producción escrita se aborda entonces, la valoración de la vida cotidiana como escenario para la producción de conocimientos sobre lo social a partir de lo individual, además de  las habilidades, competencias, actitudes y comportamientos que ha de ostentar el investigador que haga uso de la vida cotidiana como fuente de indagación social.