Book
Computación Física : el trabajo con objetos digitales interactivos en el aula
Fecha
2020Registro en:
978-987-3805-50-9
Autor
Bordignon, Fernando
Iglesias, Alejandro A.
Hanh, Angela
Institución
Resumen
Este libro surge a partir de un trabajo de investigación realizado en el marco
del programa “Más allá de las pantallas” de la Universidad Pedagógica Nacional
(UNIPE). Las preguntas principales que guiaron nuestra exploración estuvieron centradas en la apropiación y el uso de las tecnologías digitales, por parte de
los jóvenes, cuando están en juego principalmente sus intereses: ¿qué significa
hacer un uso efectivo y crítico de la tecnología?, ¿qué actitudes, aptitudes y habilidades son necesarias para conseguirlo?, ¿cuál debería ser el papel de la escuela
en este contexto?, ¿qué prácticas educativas pueden ser útiles para propiciar
el desarrollo de estos saberes?, ¿qué estrategias didácticas y metodologías son
necesarias para trabajar en el aula? A lo largo de los siguientes capítulos, intentaremos dar respuestas a cada uno de los interrogantes basándonos en el trabajo realizado con distintas escuelas públicas de la Provincia de Buenos Aires.
Además, presentaremos un marco teórico actualizado y una serie de propuestas
validadas a través de experiencias realizadas por el equipo de investigación.
El trabajo de investigación fue enriquecido con experiencias propias de
ambientes informales de aprendizaje, especialmente laboratorios de innovación ciudadana y talleres creativos o makerspaces. Estas experiencias fueron
tomadas como ejemplos válidos de prácticas donde las tecnologías digitales
son utilizadas como herramientas para intentar dar respuesta a problemas
que afectan a las personas. En dichos espacios, el aprendizaje (ya sea individual o colectivo) se da de forma natural, como consecuencia de la resolución
de cuestiones prácticas fuertemente relacionadas con situaciones que motivan o afectan a los participantes.
A primera vista, puede ser atractiva la idea de trasladar tal como están los
elementos de estos espacios y situarlos en el contexto escolar. No obstante,
un conjunto de características que diferencian a ambos ámbitos de trabajo
hacen de ese traslado una tarea difícil. En la escuela existen límites estrictos
con respecto a lo temporal, a los contenidos y a la estructura de trabajo. Por
tal motivo se desarrolló un conjunto de prácticas y metodologías que ayudan a
conciliar estas diferencias en pos de lograr aprendizajes más profundos para
el uso de las herramientas digitales, concibiéndolas como medios para habitar
problemas y diseñar soluciones.
En el primer capítulo de este libro se reflexiona sobre los desafíos de incluir
en nuestro sistema educativo a las tecnologías digitales desde una perspectiva
En pocas palabras
PRESENTACIÓN
Fernando Bordignon
(Director de LabTIC, UNIPE)
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centrada en la expresión, considerando a los estudiantes en su rol de autores,
ya sea de forma individual o colectiva.
En el segundo capítulo se conceptualizan algunas cuestiones que constituyen las bases de la propuesta educativa que aporta este libro. En particular,
se hace referencia al hacer digital crítico y a las actitudes y aptitudes que lo
conforman. También se define un modelo de objeto digital interactivo educativo y se presentan espacios informales de aprendizaje donde se promueve un
hacer digital crítico. Finalmente, se reflexiona acerca de cómo resignificar el
rol docente en este contexto.
El tercer capítulo presenta una metodología didáctica para promover el
hacer digital crítico en espacios educativos. La metodología “Más allá de
las pantallas” (MAP) toma su sustento en el espiral de aprendizaje creativo
propuesto por el profesor Mitchel Resnick. Para que pueda ser incluida en
prácticas escolares, se ha realizado una adaptación de esta propuesta al contexto nacional, apoyándose en ideas como: los estudiantes deben tener más
libertad a la hora de construir los conocimientos; el error debe ser puesto en
valor como un elemento de aprendizaje; el trabajo colectivo y colaborativo
constituye una propuesta superadora del hacer individual; los espacios de
juego constituyen ambientes adecuados para la apropiación y maduración
de los aprendizajes.
El cuarto capítulo hace hincapié en las posibilidades que presenta la plataforma Arduino para su trabajo en el aula y explica brevemente en qué consisten las prácticas que integran la segunda parte de este libro. A modo de ejemplo de trabajo, la secuencia de prácticas que integran esa sección tiene como
objetivo desarrollar habilidades y conocimientos en tres áreas: computación
física, programación y desarrollo de objetos digitales interactivos (en todos
los casos, se utiliza la tecnología Arduino).
El quinto capítulo, que abre la tercera parte del libro, es un abordaje teórico
más profundo a cuestiones ligadas con el hacer digital crítico en instituciones
educativas. La idea es brindar elementos de reflexión provenientes de distintos referentes y corrientes pedagógicas, los que en su conjunto complementan
los aportes didácticos presentes en los capítulos anteriores.
El libro incluye además un anexo con una compilación realizada por la profesora Stella Vosniadou recordando cómo aprenden hoy los estudiantes. Para
concluir esta presentación, y en esa misma línea, proponemos reflexionar sobre la importancia y el rol social de nuestro trabajo como docentes a partir de
unas palabras de Umberto Eco (2007), quien en su artículo “¿De qué sirve el
profesor” trató de acercar una respuesta posible a esta pregunta recurrente.
Esperamos que estos dos elementos, que de algún modo abren y cierran el
libro, ayuden a dar sentido a las ideas trabajadas.
[...] antes –escribe Eco– la escuela debía transmitir por cierto formación pero sobre
todo nociones, desde las tablas en la primaria, cuál era la capital de Madagascar en
la escuela media hasta los hechos de la guerra de los Treinta Años en la secundaria.
Con la aparición, no digo de internet, sino de la televisión e incluso de la radio, y
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hasta con la del cine, gran parte de estas nociones empezaron a ser absorbidas por
los niños en la esfera de la vida extraescolar.
De pequeño, mi padre no sabía que Hiroshima quedaba en Japón, que existía
Guadalcanal, tenía una idea imprecisa de Dresde y solo sabía de la India lo que había
leído en Salgari. Yo, que soy de la época de la guerra, aprendí esas cosas de la radio
y las noticias cotidianas, mientras que mis hijos han visto en la televisión los fiordos noruegos, el desierto de Gobi, cómo las abejas polinizan las flores, cómo era un
Tyrannosaurus rex y finalmente un niño de hoy lo sabe todo sobre el ozono, sobre
los koalas, sobre Irak y sobre Afganistán. Tal vez, un niño de hoy no sepa qué son
exactamente las células madre, pero las ha escuchado nombrar, mientras que en mi
época de eso no hablaba siquiera la profesora de ciencias naturales. Entonces, ¿de
qué sirven hoy los profesores?
[...] ante todo un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una
clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que
se aprende en la escuela y lo que viene de afuera. Es cierto que lo que ocurre en Irak
lo dice la televisión, pero por qué algo ocurre siempre ahí, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que solo lo puede decir la escuela.
Y si alguien objetase que a veces también hay personas autorizadas en Porta a Porta
(programa televisivo italiano de análisis de temas de actualidad), es la escuela quien
debe discutir Porta a Porta. Los medios de difusión masivos informan sobre muchas
cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera
en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que
aparece en diarios, revistas y televisión. Y además, hace falta verificar la información
que transmiten los medios: por ejemplo, ¿quién sino un docente puede corregir la
pronunciación errónea del inglés que cada uno cree haber aprendido de la televisión?
[La información que] internet pone a su disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor. [...] Internet le
dice “casi todo”, salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa
información.
Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que
todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no es
un arte sutil. Esa es la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente
(aunque sea mal) y los autodidactas (aunque sean geniales).