No sé por qué alquimia del espíritu me levanté hacer el café y otros oficios tempraneros y me puse a cantar esa canción de Polito Ibañez. Ese excepcional despertar se me antoja que se parece a como dice mi padre, y ahora repite mi esposo, “Se la vie, je nei sais pas”. Después de esas experiencias de la temprana mañana, cual caminante no hay camino, se hace camino al andar, recorro la subida y bajada por las avenidas Guaicaipuro y Tamanaco, me enrumbo a la selva de concreto de Petare.Cuento que narra las venturas y desventuras de una trabajadora de educación en un ambiente de decadencia en Caracas, Venezuela, bajo un régimen de tiranía.FACES-UCV