El carbón constituye un recurso natural no renovable de gran importancia para un país debido a su versatilidad como materia prima en la producción de coque, en la industria química y como fuente de energía. El carbón ha sido ampliamente utilizado como una fuente de energía desde el siglo XVIII. Este recurso fue una pieza clave en la Revolución Industrial; entre sus grandes logros destaca el hecho de haber permitido a la civilización el abaratamiento de un metal muy importante, el hierro. A pesar que para la década de los 50 el carbón constituía el recurso energético más importante prácticamente a nivel mundial, con la Segunda Guerra Mundial este recurso se ve progresivamente desplazado por otras fuentes energéticas, siendo las más importantes petróleo y gas natural. De esta manera, el carbón ha sido relegado desde entonces como fuente de energía, si bien no ha perdido su aprecio como fuente de productos químicos valiosos, y como materia prima para la manufactura del coque metalúrgico, requerido por la industria del acero.