Tesis
La representación de la altura musical en la notación: procesos cognitivos implicados
Autor
Herrera, Romina
Institución
Resumen
La altura del sonido es uno de los parámetros privilegiados en la música de occidente. La preponderancia de este parámetro del sonido por sobre otros puede observarse en el desarrollo histórico de las teorías musicales y de la escritura.
Los enfoques teóricos de las Ciencias Cognitivas de Segunda Generación proponen que la construcción del conocimiento está atravesada por las características propias del sujeto y del entorno, pero depende fundamentalmente de la particular interacción de estos en la experiencia. En el marco de la cognición corporeizada, se han desarrollado teorías para explicar la forma en la que utilizamos la experiencia directa con el mundo físico para comprender otros fenómenos de naturaleza más abstracta. Dentro de ellas, las metáforas conceptuales y los esquemas-imagen proponen una explicación al modo en que entendemos la altura del sonido.
La musicografía Braille presenta características diferentes de las de la escritura musical en tinta. Si bien la más obvia tiene que ver con la diferencia entre usar el tacto o la vista para la lectura, encontramos como una diferencia más significativa en el ámbito musical, el uso de reglas gramaticales, de alto nivel de compromiso de conceptos abstractos y reglas de convencionalización, en reemplazo del uso del eje vertical, fuertemente vinculado a la retórica de la teoría y la pedagogía musical, para representar altura y sincronía musical.
Observaciones provenientes de la práctica docente (en clases de música) y de la indagación empírica, dan cuenta de un conflicto en la representación de la altura, ya que si bien la dimensión vertical suele estar presente en la representación de la altura, las orientaciones no están claramente definidas. Esto es que algunas personas asocian espontáneamente el cambio de la altura de sonidos desde grave hacia el agudo (conceptualizado como movimiento ascendente desde la teoría musical, orientación grave-abajo; agudo-arriba), con un movimiento ascendente (ya sea realizado en el mundo físico, representado en forma escrita, o a través de una descripción verbal), mientras que otras lo hacen en la dirección contraria (orientación agudo-abajo, grave-arriba), asociado al movimiento descendente.
Los estudios empíricos realizados nos permiten afirmar que la representación de la altura sonora está significativamente vinculada al uso del espacio en el eje vertical, ya sea físico, representado a través de descripciones lingüísticas o representado en un plano. Es decir que la codificación del espacio presente en la escritura musical tradicional está directamente vinculada a una comprensión corporeizada de la altura sonora, basada en el esquema-imagen verticalidad. Además, esta forma de representar la altura musical no depende del sentido de la vista, ya que los resultados en niños videntes y ciegos son similares.
La utilización del sistema Braille lejos de promover la integración de las personas ciegas a la actividad musical basada en la notación, la dificulta, porque atenta contra las representaciones imagen-esquemáticas de base que alimentan las interacciones, conceptualizaciones, y por ende realizaciones musicales grupales, en el contexto de una clase de música, ensayos, o en otros espacios en los que las partituras ocupan un lugar importante.
La música no presenta ningún aspecto que haga difícil su acceso a personas con discapacidades visuales. La música como objeto de estudio tampoco debería hacerlo. Sin embargo, dada la preponderancia en el uso del texto de música -la partitura- en los ámbitos de enseñanza institucional, su estudio se torna de acceso más difícil para usuarios de Braille. Esta dificultad está nutrida por diferentes aspectos: el grado de conocimiento de la teoría musical que es necesario para acceder a la escritura de partituras simples en Braille, el conocimiento que deben tener del tipo de representaciones utilizadas en el código tradicional, la distancia en relación a las representaciones internas de la música, la plurivalencia de signos; por mencionar algunos. Por consiguiente, el aprendizaje de la lectoescritura musical en Braille conlleva un grado de complejidad y dificultad mayor al aprendizaje de la lectoescritura musical en tinta, lo que determinaría para las personas usuarias de Braille un acceso más difícil al estudio de la música en los ámbitos académicos. Magister en Psicología de la Música Universidad Nacional de La Plata Facultad de Bellas Artes