dc.description.abstract | Las malformaciones congénitas, como son las fisuras labio-alveolo-palatinas (FLAP), tienen en Argentina una prevalencia del 3-5% en el nacimiento, constituyendo la segunda causa de mortalidad infantil. En el ser humano, la fisura tanto en el labio como en el paladar forma parte del síndrome del primer arco branquial, malformación que se produce entre la sexta y décima
semana de vida fetal y que afecta los tejidos blandos y los componentes óseos del labio superior, el reborde alveolar, y el paladar duro y blando. La etiología de estas malformaciones es multifactorial, lo que explicaría su gran variabilidad morfológica. Los factores genéticos y ambientales determinarían la predisposición en cada individuo para que se produzca el fallo de fusión en el proceso embriológico facial y se desarrolle el labio hendido y la fisura palatina. Además, es importante señalar los diferentes grados de severidad de las fisuras labio alveolo palatina, que dependen de la estructura afectada como
consecuencia de la falta de unión entre los mamelones faciales. Estas condiciones implican que la alimentación en los niños con paladar fisurado resulte muy dificultosa y traumática para la familia. Para el tratamiento de los pacientes fisurados se requiere una coordinación entre las distintas disciplinas, en donde el ortodoncista juega un papel importante en los aspectos
preventivos y correctivos de las alteraciones dento faciales y de la oclusión hasta el final del crecimiento. A fin de realizar el diagnóstico y tratamiento de los pacientes fisurados es necesario realizar un análisis cefalométrico, el cual aporta datos tales como el tamaño y posición de las estructuras óseas, las relaciones cráneo-faciales, y las relaciones máxilo mandibulares y dento maxilares, los cuales se comparan con un estándar cefalométrico. En este análisis se tiene en cuenta la valoración de la posición de los maxilares y tejidos blandos en relación directa con la vertical verdadera y la horizontal verdadera, que son parámetros referenciales externos. Aún no hay evidencias bibliográficas sobre las mediciones cefalométricas que permitan indagar la posición de los maxilares con respecto al cráneo y la relación de los tejidos blandos, en pacientes con fisuras labio alveolo palatinas. Por ello surgió la necesidad de seleccionar mediciones, que tienen como referencia la horizontal y vertical verdadera, de utilidad clínica para ubicar espacialmente los maxilares y evaluar los tejidos blandos en estos pacientes. | |