Artículos de revistas
Filosofía cristiana y apologética en Mons. Audino Rodríguez y Olmos
Fecha
1990Registro en:
0036-4703
Autor
Caturelli, Alberto
Institución
Resumen
Resumen: Las dos primeras décadas del siglo XX no son tranquilas. En 1918, la
Guerra Mundial llega a su fin y la revolución comunista en Rusia agita los
ánimos y encuentra sus imitadores en todo el mundo. En la Argentina se suceden
las huelgas que jaquean al gobierno de Irigoyen. En Córdoba gobierna el
--doctor Julio C. Borda después de la renuncia del Dr. Eufrasio Loza (1917) y
debe entregar el gobierno a Rafael Núñez (1919), conservador, mientras las
huelgas, especialmente de los trabajadores ferroviarios, alcanzan verdadera gravedad.
Mientras tanto, la erróneamente llamada "reforma" "universitaria" desquicia
la Universidad sacando las consecuencias de vicios anteriores e introduciendo
en la antigua Casa la agitación política marxista.
Sin embargo, en el plano cultural Córdoba ofrece un conjunto de pensadores
nada desdeñable. A propósito de estos años, se ha dicho, con notable
injusticia, que el movimiento cultural que condujo a la restauración de la Facultad
de Filosofía, se llevó a cabo desde fuera de la Universidad y del Seminario
de Loreto; se ha dicho que fue obra de "civiles que cultivaron las ciencias
cuando Córdoba universitaria era un páramo espiritual". Nada más erróneo y
reñido con la realidad histórica. El renacimiento vino, precisamente, desde dentro
de los principales centros de cultura,: Nemesio González era profesor de la
Universidad; Pablo Julio Rodríguez lo era de la Universidad y del Seminario;
Saúl Taborda, Raúl Orgaz, Enrique Martínez Paz, el Ing. Manuel Río, Luis
Guillermo Martínez Villada, todos fueron profesores de la Universidad y hasta
fray José María Liquen°, que no lo fue, unió tanto su vida de investigador
a la Casa de Trejo, que se lo consideraba como parte suya. Precisamente en la
tradición de Duarte y Quirós y, próximamente, de David Luque, Jacinto Ríos,
Fernando Falorni, Bazán y Bustos, todos miembros ilustres del Seminario de
Loreto, debemos colocar el pensamiento lúcido y combativo de Audino Rodríguez
y Olmos que hace su aparición con ocasión de las revueltas del año 1918
y, sobre todo, como representante de la filosofía cristiana y crítico tenaz del
positivismo. Paréceme que el "páramo espiritual" de que se habló alguna vez
bajo la presión de oscuras pasiones... tenía muchos árboles.