dc.description.abstract | La enfermedad mental (una nueva pandemia del siglo XXI), representa en un desafío de
salud que afecta significativamente cómo alguien se siente, piensa, se comporta e interactúa con quienes lo rodean. El diagnóstico de enfermedad mental se realiza de acuerdo con
criterios estandarizados, y son un amplio espectro de trastornos que varían de acuerdo a su
gravedad y duración. Se estima que alrededor de 1 de cada 7 personas en todo el mundo
tiene uno o más trastornos mentales o por abuso de sustancias1
. Cada vez más, la evidencia
de la coexistencia de problemas de salud física y mental sugiere que las personas que presentan problemas de salud física también pueden tener problemas de salud mental asociados,
especialmente aquellas personas que ven limitadas sus capacidades funcionales de manera
progresiva y/o aquellas con diagnostico de enfermedad crónica.
A pesar de la compleja interrelación entre los trastornos físicos y las enfermedades mentales,
históricamente los servicios de salud han priorizado la atención sociosanitaria bajo el enfoque biologicista que separa el cuerpo físico de la mente, los estados emocionales, el afecto y
con ello la salud mental; razón por la cual y bajo el advenimiento de situaciones inesperadas
como la pandemia por covid-19, ponen un alerta sobre la necesidad de modelos de atención
más integrales y centrados en las necesidades reales de las personas, modelos que tengan en
cuenta las diferentes esferas del ser humano y que sean transversales a todos los niveles de
atención en salud.
Diversas situaciones como por ejemplo, el aislamiento social, la pérdida del empleo, los
problemas de salud, el aumento del consumo de drogas, tabaco y alcohol, el miedo al contagio por SARSCoV2, la incertidumbre frente a lo incierto, todas ellas ocurridas durante la
pandemia de COVID-19, han aumentado aún más los niveles de angustia, miedo y ansiedad
dentro de las familias y comunidades y han mostrado un aumento significativo de problemas
psíquicos derivados de la vivencia con esta problemática mundial.
El llamado a integrar mejor la atención en salud mental obedece a que a pesar de la compleja coexistencia de problemas de salud física y mental, algunas personas pueden no buscar
ayuda para sus problemas de salud mental, por no considerarlos relevantes, es así como la
evaluación y el manejo oportunos de la salud tanto física como mental pueden brindar una
importante intervención temprana y precisan de enfoques multidisciplinarios.
Desde el campo de cuidado de enfermería, el impacto reciente de la pandemia de COVID-19
en la carga de la enfermedad mental requerirán una fuerza laboral de enfermería que priorice
desde la atención primaria, acciones en beneficio de la salud mental tanto a nivel individual como colectiva. La creciente carga de la enfermedad mental debe generar conciencia de
la necesidad urgente de evaluar las competencias de aprendizaje y conocimientos de salud
mental de los profesionales de salud y elf fortalecimiento de programas de formación contextual que satisfagan las necesidades locales de salud. | |