Libro
Rojo difuso, azul pálido. Los partidos tradicionales en Colombia: entre el debilitamiento y la persistencia
Fecha
2002Registro en:
ISBN: 9587012321
Autor
Roll, David
Institución
Resumen
Han pasado más de 150 años desde que se fundaron los Partidos Liberal y Conservador colombianos, los dos partidos más antiguos de América Latina, y desde que se consolidó el sistema bipartidista por ellos conformado, cuya permanencia lo convierte en uno de los sistemas de mayor antigüedad en el mundo. La singularidad de este sistema de partidos, viene dada justamente por la cohabitación de ambas colectividades en el poder, de manera simultánea o sucesiva, a tal punto que la historia de Colombia, desde mediados del siglo XIX, coincide prácticamente con las biografías de los partidos Ijberal y Conservador: sus triunfos bélicos o sus derrotas electorales, los idealismos y bajezas de sus líderes y seguidores, y sobre todo sus errores y sus aciertos. Esta circunstancia, la de constituirse en el telón de fondo de todos los acontecimientos nacionales, los hicieron virtualmente invisibles ante los analistas como actores colectivos del acontecer político. Pareciera como si sus colores distintivos (rojo el J jberal y azul el Conservador), se hubieran ocultado camaleónicamente en la tricolor bandera nacional (amarillo, azul y rojo), para pasar inadvertidos ante el juicio histórico y el análisis político, durante décadas. Cuando estos partidos por tln emergieron al público pensante como objetos de estudio, en los años setenta, para comenzar a ser analizados con espíritu crítico y cierto detenimiento, ya habían experimentado, debido al Frente Nacional (iniciado en 1957), un proceso de pérdida de identidad tan rotundo que los hacían ver como dos corrientes de un mismo partido. Los investigadores decidieron entonces estudiarlos como lo que parecían ser: una amalgama indiscriminada de tendencias, intereses y personajes, y decidieron llamar al engendro "el bipartidismo colombiano" o "bipartidismo hegemónico". Fue así como ese caldo de ideologías residuales, pragmatismos conscientes, maquinarias electorales y clientelistas, que constituían los dos partidos centenarios, fue el objeto de estudio privilegiado, en lugar de los dos partidos, individualmente considerados.