| dc.description.abstract | En Chile existen marcas de muerte locales y únicas que no se encuentran en ninguna otra parte del
mundo como las animitas, señas y descansos. Éstas, según algunos autores, surgen como producto de un sincretismo cultural indígena - español, asociadas a un rito y espiritualidad en particular. Sin embargo, pocos conocen los Cementerios Simbólicos de la Región de Biobío; una tipología distinta de marca de muerte.
Los cementerios consisten en conjuntos de cenotafios populares locales que recuerdan a pescadores artesanales perdidos en el mar, de quienes nunca aparecieron sus cuerpos. A partir de la ausencia, las comunidades desarrollaron un rito, y junto a éste, un espacio, que permite conmemorar a los difuntos.
Sin embargo, los cementerios están desprotegidos. Al ser apropiaciones de terrenos y no estar declarados patrimonio, no tienen un espacio formal ni protección para desarrollar el rito, perdiéndose así, cada vez más, la tradición que los conlleva. De todas formas, hoy en día existen diez cementerios vigentes, que se encuentran en cuatro etapas similares del rito: la búsqueda del cuerpo, el velorio, el entierro y las visitas, pero en cada uno de ellos, existen particularidades que los diferencian entre sí.
El caso de Caleta Tumbes, se caracteriza por el acto de la peregrinación. Su cementerio, al estar en
un acantilado y alejado de la localidad, genera un recorrido, durante las ceremonias y en las visitas
cotidianas, que permite vincularse a los muertos y el paisaje como un paseo de introspección.
Sin embargo, dicho recorrido ocurre en un sendero extremadamente precario, con pendientes muy elevadas e incluso, en algunos tramos peligroso, dificultado su uso cada vez más.
A partir de ello, el proyecto propone un sendero desde el extremo de la localidad hasta el cementerio, generando un espacio de transición que funciona como extensión de lo sacro como de lo cotidiano de la localidad, en el cual el paisaje será protagonista potenciando la peregrinación como un acto del rito. | |
